Lin Yutang es un pensador chino de los de
antes, ya que a pesar de vivir en el siglo XX posee el conocimiento de los
antiguos, que unido al racionalismo de nuestros tiempos da a su pensamiento una
extraña ambivalencia que nos permite comprender en palabras modernas la antigua
sabiduría de sus ancestros.
Lo antes referido es posible por las
siguientes circunstancias: Lin Yutang nació en China, en la cual aprendió el
sentir milenario del pensamiento tradicional chino, y estudió en occidente (en
las Universidades de Harvard -Estados Unidos- y Leipzig -Alemania-), todo lo
cual formó su carácter y su pensamiento, convirtiéndole en un pensador y
ensayista de fama mundial, el que mejor ha sabido explicarnos a los occidentales
la inagotable tradición china, exponiéndonos con cristalina claridad el
ancestral pensamiento oriental.
A través de su obra podremos conocer, desde
una perspectiva occidental, la precisa y práctica sabiduría del pensamiento
oriental, ayudándonos, como los antiguos pensadores de las primeras dinastías,
a sobrevivir a los problemas y preocupaciones de la vida cotidiana.
Veamos parte de su sabiduría:
"Estoy
enamorado de la vida, y por estarlo desconfío profundamente del intelecto".
Lin Yutang nos dice con esta frase que si una
persona ama la vida y todo lo que esta alberga es preferible sentir a pensar.
Por ejemplo: un arco iris podemos verlo con ojos sensibles o con ojos
intelectuales; si lo miramos con ojos sensibles sentiremos asombro, admiración
y entusiasmo ante la maravilla de una manifestación de la vida, pero si lo
miramos con ojos intelectuales comprenderemos que simplemente estamos ante un
efecto cromático, producido en la atmósfera por la refracción y reflexión de la
luz solar en las gotas de agua suspendidas en el aire después de la lluvia, con
lo que perderemos la magia y la maravilla que nos da el sentir.
"La
mitad de la belleza depende del paisaje y la otra mitad del hombre que la mira".
Lin Yutang se reafirma en las convicciones
expuestas anteriormente, dependiendo de la "mirada" (sensible o
intelectual) así percibiremos la vida y lo que nos rodea. También aparece aquí
el relativo sentido de "asombro" o de "desconocimiento"
dentro de la "mirada intelectual"; una técnica puede parecer
maravillosa a un neófito en artes marciales, pero a un practicante avanzado
puede parecer sencilla, y a un experto tan sólo básica, dependiendo del
conocimiento del observador.
"El
destino del hombre está gobernado por sus acciones pasadas y presentes".
Es otra forma de decir el famoso proverbio:
"Quién siembra vientos recoge
tempestades".
"Ser
justo con los que conmigo son justos es completamente natural, pero ser justo
con lo que son injustos conmigo es sin duda un signo de superioridad".
Solo aquello que nos cuesta es digno de ser
tenido en cuenta en la vida; aquello que nada nos cuesta carece de valor.
"El
hombre superior ama su alma; el hombre inferior ama su propiedad".
Lin Yutang enlaza con esta frase un antiguo
sentimiento taoísta: lo importante son los valores del hombre (su honor); lo
material es superfluo y por ello digno de hombres inferiores.
"La
sabiduría de vivir consiste en eliminar lo que no es indispensable".
Con esta frase Lin Yutang nos recalca la
enseñanza anterior.
"Las
aletas de tiburón y los nidos de golondrina son insípidos, la razón de su
famoso sabor es que las sopas que los contiene son muy caras".
Es cierto, estos delicados ingredientes de la
gastronomía china son incoloros, inodoros e insípidos, son de apariencia gelatinosa
y no tienen color, sabor ni olor, pero al prepararlos en una costosa sopa todos
los comensales alaban el "delicado y maravilloso sabor" del plato,
para no sentir el ridículo de pagar un caro menú sin hallar ningún goce
culinario. En general, los cocineros chinos lo que hacen es especiar mucho la
sopa, de esta forma nadie protesta, ya que hallan sabor, el cual no es
producido por la sopa, sino por las especias que se diluyen en ella.
Esta es la razón por la que algunas personas
que realizan ciertos ejercicios en exhibiciones, y que en realidad no entrañan
demasiada dificultad, adornan su ejercicio con vestimentas llamativas y falsos
movimientos de concentración. El ejercicio es insípido, pero al adornarse
engaña al inexperto.
"Bromear
es una de las cosas amenas de la vida, pero cuesta muchos años de aprendizaje".
Todos los aspectos de la vida humana por muy
simples que sean son fruto de un duro aprendizaje.
"Nadie
vuelve jamás de un viaje sin estar físicamente peor, la buena vida es la vida
regular y metódica".
Es cierto, pero es una vida insípida, es
mejor "viajar" (tener experiencias) con cuidado en la juventud, y en
la madurez llevar una vida regular y metódica apoyándonos en el conocimiento y
la experiencia vital que nos han aportado las vivencias de la juventud.
"No
hay condición tan baja que no tenga esperanza".
Lin Yutang nos enseña de forma peculiar otro
proverbio popular: "La esperanza es
lo último que se pierde".
F.
Javier Hernández
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