La vida, la integridad física y el bienestar constituyen los bienes más preciados de la persona en la sociedad actual, y todos los esfuerzos de esta van dirigidos hacia la preservación y el incremento de este bienestar. Sin embargo, cuando una persona es burlada por otra, muy a menudo está dispuesta a exponer su bienestar para reparar la ofensa momentánea y se arriesgará a luchar. En tales casos, cuando un encuentro es inminente, todos debemos tener presente que siempre, en cualquier caso que se nos presente y por difícil que parezca la defensa, si tenemos un dominio inteligente de nuestras emociones, siempre saldremos bien parados de la situación sin consecuencias lamentables para nadie.
Se gane o se pierda, una pelea rara vez resuelve la situación por la que empezó la discusión, y por lo general conduce a mayores represalias físicas o legales, por ello los avezados en las Artes y Ciencias Marciales más preparados y hábiles recurrirán a todos los medios para evitar el enfrentamiento, aunque esto no se logra fácilmente en los momentos de cólera, por lo que debemos tener un control constante de nuestro cuerpo y de nuestra mente, ya que, tal y como nos enseñaron los antiguos maestros chinos: “El hombre superior evita, mientras que el hombre inferior se deja llevar por sus impulsos”. Y recordad siempre la siguiente reflexión hecha por Aristóteles: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo".
Legalmente estamos obligados a hacer todo cuanto esté en nuestras manos para eludir la lucha, a no concertar retos, a demostrar que no tuvimos oportunidad de llamar a la policía, a recurrir a actos que sean en defensa propia y no por venganza, a defendernos sólo hasta el grado que justifique el ataque, y a probar que no rebasamos los límites de lo indispensable para defendernos, defender a nuestros seres queridos o nuestras propiedades, o para evitar un delito -tal como aprendemos del espíritu del artículo 8 del Código Penal Español (eximentes)-. Un ciudadano no está obligado a huir o a desviarse de su camino para evitar dificultades con un delincuente, aunque eso es lo más inteligente que se puede hacer, sin embargo, cuando somos atacados en forma directa, podremos defendernos utilizando cualquier método que convenga según la situación o circunstancia.
Las técnicas a utilizar deben ser lo más efectivas posibles pero, eso sí, deben tomarse las mayores precauciones para evitar lesiones accidentales.
En el combate real las técnicas de autodefensa deben considerarse como muy serias y deben usarse sólo cuando sean absolutamente necesarias. Si la situación no exige que lesionemos de gravedad a nuestro adversario, el combate debe ser evitado a toda costa.
Cuando un asaltante peligroso o un grupo de maleantes violan todas las reglas de la honestidad y de la decencia para atacarnos, ciertamente no tienen derecho a que tengamos ninguna consideración hacia ellos, como dicen los grandes maestros: “Los frutos de la violencia deben quedarse con quien los ha sembrado”. Por lo tanto, habrá que dar buena cuenta de estas personas que injustamente quieren lesionamos o atracarnos. En tal caso nuestro bienestar no deberá estar sujeto a los propósitos de nuestros atacantes. Debemos estar preparados para esa grave situación inesperada! cuando un combate a vida o muerte es inevitable.
He aquí algunos consejos que deben tenerse presenten en la autodefensa:
1.- No debemos dejar de defendernos, hay que luchar hasta el fin. Debemos combatir como posesos sin olvidar, aquellos que hayan tomado clases de Defensa Personal, la técnica depurada aprendida en los entrenamientos.
2.- Hay que intentar en lo posible, dominar cuando antes a los atacantes al menos que se dominen muy bien las técnicas de agarres y presas, no usarlas, sino atacar con golpes en las zonas más vulnerables de los enemigos.
3.- Hay que hacer lo inesperado, simular un ataque cuando realmente nuestro propósito es atacar a otro sitio distinto. So deben planear y practicar todos estos tipos de engaños.
4.- Debemos mantenernos mentalmente alerta, haciendo constantemente un esfuerzo por conservar la calma y la serenidad. De lo contrario la furia ciega o el temor entorpecerán nuestros movimientos, y esto puede significar la derrota aún del combatiente más hábil y mejor adiestrado. Recuerda, ante todo: sangre fría.
5.- Debemos actuar con la mayor rapidez posible, continuando siempre cada movimiento ofensivo o defensivo con otros ataques, esquivas y demás movimientos técnicos.
6.- No debemos asumir una posición defensiva sino, al contrario, una ofensiva. Si la lucha es inevitable hay que procurar concluirla inmediatamente.
7.- Debemos aprender toda clase de movimientos defensivos y ofensivos para incluirlos en nuestro arsenal y repertorio técnico de autodefensa, sin importar el Arte Marcial del que lo hayamos sacado; lo importante es defendernos aunque no sea con técnica ortodoxa.
8.- Debemos formar nuestros propios métodos de defensa. Esto es algo vital: el defensor no debe encasillarse ni atarse por limitaciones.
9.- En ciertos momentos es conveniente lanzar un grito al mismo tiempo que se ataca, con ello los adversarios se sorprenderán y distraerán.
10.- En la noche debemos estar en constante alerta, sobre todo si andamos solos; debemos fiarnos del oído y vigilar constantemente las sombras. No os fiéis de nadie por pacífico que parezca: “las apariencias engañan”.
11.- Durante el día vigilar sombras y reflejos en los cristales de los escaparates, de los coches aparcados. etc. Y, en todo momento, vigilar con el rabillo del ojo a nuestros posibles atacantes, pues la mirada directa puede darles a los violentos una disculpa para la agresión.
12.- Cuando dobles una esquina no lo hagas a pocos centímetros de ella, pues si lo hicieras te podrías ver sorprendido por un atacante oculto que espera a algún cliente incauto. Lo que debemos hacer es tomar la esquina con una separación de al menos un metro (esto es, andar paralelo a la pared con un metro de distancia entre el muro y nuestra persona) con el fin de ver si hay alguien oculto; en el caso de descubrirlo a tiempo podremos iniciar la defensa con inmediatez.
13.- Debemos tener un especial cuidado en el momento de entrar en el portal, sobre todo si es de noche, y más si la luz está, pues una desagradable sorpresa puede esconderse entre las sombras.
14.- Si debemos defendernos contra varios adversarios a la vez, debemos movernos constantemente, no pararnos ni un momento, esquivando y golpeando además de interponiendo los cuerpos de los atacantes entre ellos mismos, escudándonos con ellos; debemos atacar en todos los lugares a la vez.
15.- Si en caso de atraco, la situación es muy difícil o imposible salir de ella, debemos recordar siempre que ante todo lo que hay que preservar es la vida y la integridad física:
a/ Si nos atracan varias personas armados, debemos darles todo lo que llevemos de valor, no debemos arriesgarnos, ya que no vale la pena y los héroes muertos no sirven para nada.
b/ Si el atracador solitario antes de que podamos responder a su ataque nos aplica una llave y una navaja en el cuello, debemos darle el dinero, y recordar que el atracador no va a quedarse toda la vida en la misma posición, que alguna vez tendrá que separarse de nuestro lado, con lo que podremos recuperar nuevamente nuestro dinero tras un corto combate.
16.- Nuestra defensa debe hacerse con un encadenamiento de movimientos y golpes, de tal manera que si uno do ellos falla el siguiente podrá poner fin al encuentro rápida y automáticamente.
17.- Debemos entrenar las técnicas de autodefensa hasta que aparezca un sexto sentido que haga que nos defendamos instintivamente, hasta que nos defendamos sin pensar.
18.- Es conveniente no sólo practicar autodefensa ante un adversario o adversarios tanto desarmados como armados (con palos, armas blancas...) sino que es conveniente practicar nosotros mismos con armas o utensilios comunes que puedan usarse como armas autodefensivas (paraguas, bastón de mano, periódico doblado...), pues esto nos ayudará en nuestra defensa si podernos arrebatar el arma a uno de nuestros adversarios, o llevamos uno de los utensilios susceptibles de ser usados como armas autodefensivas.
19.- Cuando te defiendas ten presente la siguiente enseñanza china: “Es mejor evitar que esquivar, es mejor esquivar que bloquear, es mejor bloquear que golpear, es mejor golpear que herir, es mejor herir que mutilar, es mejor mutilar que matar, evita siempre la Muerte, porque toda vida, por vil que esta sea, debe ser preservada”.
20.- Y recuerda siempre que existe una regla básica para desenvolverse en la calle. Es preferible que te llamen paranoico antes de que te llamen víctima. Actúa siempre bajo estas premisas.
Si aprovechas estos consejos, que no pretenden ser la panacea de la autodefensa, ni una apología de la violencia, sino tan sólo unos consejos con los que se podrá evitar una violencia innecesaria y, en su caso, dotar al agredido, una persona decente y honrada, una mínima posibilidad de defensa - siempre dentro de los cauces de lo legal - y asistes a unas clases intensivas de Defensa Persal, o de cualquier Arte Marcial que se especialice en ella, podrás salir con bien de casi cualquier problema defensivo o situación apurada.
F. Javier Hernández Pérez
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