Enseñanza

EL KUNG-FÚ

El Kung Fu es la habilidad que se adquiere a través del trabajo constante a lo largo de muchísimos años, y esa clase de habilidad te enseña a encontrar control y equilibrio tanto a nivel físico como, sobre todo, a nivel mental y espiritual. Sólo hay un secreto cuaduple para conseguir resultados: tener tiempo, paciencia, constancia y actitud.

La piedra de Jade

Hace mucho, mucho tiempo, en un país muy lejano, al que el viajero Marco Polo llamó Catai, y hoy día conocemos como China, hubo un joven y pobre campesino que quiso prosperar, para sacar a su famélica familia de la pobre existencia que tenían.

En aquel tiempo, para alguien que no perteneciera a la nobleza o a las ricas familias de comerciantes, sólo había tres formas lícitas para tener la vida resuelta: una de ellas era el convertirse en funcionario del Estado, otra el alistarse a la milicia imperial o, finalmente, el convertirse en un hábil artesano.

Para el protagonista de nuestra historia le estaba vedada la primera de las opciones, pues para poder optar al funcionariado había que pasar un riguroso examen que tan sólo los eruditos podían superar, ya que la materia de examen consistía en las enseñanzas de Confucio y en los conocimientos encerrados en los anales de la historia antigua. Para poder alistarse en el ejército imperial se debía poseer una gran fortaleza física y un carácter fuerte, cosas de lo que carecía el pobre campesino. Por lo que tan sólo le quedaba la salida de hacerse artesano.

Una vez resuelta la primera opción, debía estudiar que tipo de artesano debía ser, pues no todos los artesanos podían conseguir muchos bienes para poder vivir, y la familia que debía aprovecharse de su habilidad era grande, ya que además de sus ancianos padres, tenía varias hermanas mayores y hermanos pequeños que con el tiempo se beneficiarían de su trabajo.

Después de mucho pensar decidió que la mejor opción era el convertirse en un hábil tallador de jade, ya que era una materia muy difícil de tallar, por lo que era muy valorada la persona que pudiera hacerlo con pericia, y además, los trabajos en jade eran muy del gusto de los ricos comerciantes, hacendados y nobles, por lo que aquel que pudiera tallarlo con talento tenía la vida resuelta.

"Gracias sean dadas a los dioses", debió pensar Li, que era el nombre del protagonista de nuestra historia, pues en una vecina localidad vivía un maestro en el tallado del preciado material, y de vez en cuando admitía discípulos a los que enseñar su valorado arte.

Después de recoger las cosechas de aquel año, Li se trasladó a la vecina localidad a hablar con el citado maestro. Después de varios días infructuosos logró concertar una entrevista con él, y después de que el maestro entendiera la razón por la que quería aprender a tallar el jade, que no era otra que la de ayudar a su familia, le dijo: "si quieres que te enseñe a tallar el jade deberás hacer todo lo que yo te diga sin preguntar en ningún momento el motivo de tal petición", a lo que Li le respondió que haría todo lo que el maestro le encomendara.

"De acuerdo - dijo el maestro cogiendo un pequeño trozo de jade sin pulir que tenía sobre una de las mesas de la estancia. - Toma esta piedra verde de jade y dentro de un año, después de que recojas la cosecha, volverás a traérmela, después valoraré si eres digno de que te enseñe". "¿Nada más maestro?" respondió Li. "Si - dijo el maestro-, hay algo más, tendrás esta piedra constantemente en tu mano, y cuando te canses de tenerla en ella o tengas que hacer algo con esta la pasarás a la otra mano, pero antes de pasarla la frotarás con tus dedos, y al pasarla a la otra mano esta a su vez también la frotará. No debes abandonar jamás la piedra, cuando te acuestes para dormir la frotarás con tus dedos hasta que el sueño te venza, pero nada más despertar volverás a asirla con tu mano y la frotarás un par de veces, así hasta que volvamos a vernos". "Gracias, maestro", y dicho esto Li partió a su aldea.

Un año después Li volvió a entrevistarse con su maestro, y después de los saludos habituales él entregó la piedra que le fue entregada en su momento. "Bien - dijo le maestro - veo que el jade está muy pulimentado, por lo que constato que me has hecho caso y has realizado la labor encomendada. De acuerdo - y cogiendo otra piedra de color verde, y entregándosela a Li, le dijo - toma este otro trozo de jade, vuelve a realizar las operaciones que te encomendé y vuelve dentro de seis lunas, después valoraré si te acojo como alumno". Li, lejos de desanimarse y comprendiendo que la prueba de pupilaje aún no había terminado tomó el mineral que le estaba siendo entregado y lo frotó con sus dedos, tal y como estaba habituado a hacer y, sorprendido dijo: "maestro, pero... si esto no es jade, es otro tipo de piedra". A su vez el maestro le respondió con una gran sonrisa en los labios: "querido alumno, descansa esta noche en mi casa, mañana comenzarás tu aprendizaje".

Con el tiempo, con la práctica, Li, sin saberlo, había aprendido a distinguir, con tan sólo el tacto, el jade de lo que era falso jade, y se había hecho merecedor del aprendizaje, había aprendido una habilidad que todo tallador debía tener sin saber siquiera que ya estaba siendo entrenada en ella.

Confía en tu maestro y en su guía, no preguntes, tan sólo confía, y serás digno de grandes recompensas.

3 comentarios:

  1. F. Javier Hernández20 de junio de 2013, 13:33

    Gracias por tus amables palabras. Sin duda leeré tu blog, seguramente me gustará.

    Recibe un cordial saludo.

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  2. Mis Respetos Maestro Javir , yo soy un luchador kung fu , hace 10 años que lo practico y me encanta , usted es un gran maestro y me gustaria que me enseñara pero estamos a distancia , en donde enseña usted ? . hare un blog espero lo leas :)

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    Respuestas
    1. F. Javier Hernández.11 de enero de 2014, 4:20

      Gracias por tus comentarios, amigo Anónimo. Si te interesa saber dónde impartimos clases hay un apartado en este blog en donde puedes verlo ("Dónde se imparten clases"), pero te puedo adelantar que en la actualidad sólo las impartimos en la Comunidad de Madrid.

      Si quieres saber más de nuestro estilo de Kung-fu (Ming Ch'uan Chai T'ien) puedes ir a nuestra página de Facebook (Kung-fu Ming Ch'uan Chai T'ien). Allí podrás ver diversas técnicas explicadas paso a paso, para que puedas aprenderlas. Ya que comentas que llevas practicando 10 años, me imagino que podrás aprovecharte de las técnicas allí contenidas.

      Recibe un fuerte abrazo.

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