Aunque en el presente artículo designe con una palabra japonesa al artista marcial, me estoy refiriendo a todos los artistas marciales, sin importar el arte marcial practicado, que siguen un determinado código de honor y de conducta. El usar un nombre japonés no debe molestar a nadie pues budôka es el vocablo que mejor conviene en estos momentos, ya que es un nombre conocido que describe a la perfección lo que deseo expresar.
Budôka es un término japonés que designa al practicante del
Budô (o Artes Marciales), independientemente del grado que posea este en la disciplina practicada, puesto que la designación budôka se refiere a un punto de vista muy subjetivo, pues constituye el sentimiento íntimo con el que el estudiante practica las Artes Marciales. Y digo estudiante por que los Maestros (por muy Honorables o Grandes Maestros que sean), no dejan de ser estudiantes hasta el final de su existencia, pues la vida del budôka es una vida de estudio y entrenamiento constante.
Cuando hablo de Budô no me refiero a las Artes Marciales vistas tan sólo como un método de autodefensa o de combate, o como un simple deporte, Budô es una forma de vida pacífica que implica, además de estas facetas, un espíritu de autoconocimiento y superación personal, además de una serie de valores éticos y morales que ya eran inculcados por los Maestros de la antigua China, y por los fundadores del Bushidô japonés.